Lo primero es gracias. Gracias a los compañer@s de la CNT que han estado en la puerta de las Torres de Nuevo Torneo dando guerra, a los de Gijón, a los de Madrid, muy especialmente a los de Barna, a los de Tenerife y a todos los que nos han apoyado de corazón. Gracias porque parece que la empresa Editorial Océano y las “niñas” teleoperadoras puede que quizás lleguemos a un entendimiento.
Después de concentrarnos en Sevilla más de 20 personas, y en otras sedes de Editorial Océano muchas más, ha llegado Pedro Romera (el jefe de Barcelona), por supuesto Santiago G. Barceló sigue desaparecido, para decirnos que nosotr@s no queríamos llegar a un acuerdo y que ayer en el acto de conciliación que tuvo lugar en el CEMAC, fuimos nosotr@s los que dijimos que no nos sentábamos a tratar de llegar a un acuerdo. Y esto no fue así, una mentira por muchas veces que se cuente no se convierte en verdad. Tras un rifirafe de mientes tú, yo tengo razón, Pedro le preguntó a la única persona que estuvo allí junto a nuestro abogado y el juez conciliador: Santiago Barceló, quien como de costumbre dijo Diego donde antes había dicho digo. ¡qué paciencia tiene Pedro Romera con Santiago G. Barceló! Así que bajó de nuevo, nos pidió uno de los folletos informativos que repartimos y se fue. Nosotr@s seguimos con nuestro megáfono en mano, para que los vecinos de oficina sepan qué tipo de persona hay en la planta diez, nuestras bocinas y nuestro bombo. Hoy hasta Gema, la chica a la que le falsificaron la baja voluntaria y que no puede cobrar el paro, se ha atrevido a decirle un par de cosas a Santiago.
Cuál ha sido nuestra sorpresa cuando Pedro Romera, representante de Editorial Océano nos ha dicho que nos sentábamos a negociar con la única condición de que los compañer@s de Barcelona se fuesen de la puerta de la sede. Sólo tengo que deciros que ¡viva vuestros cojones! Desde CNT se ha cumplido esta parte del trato, mañana nuestro abogado le presentará nuestras demandas a le empresa (algo que ya debió suceder ayer) y el lunes, esperemos, que el conflicto finalice. Sólo nos queda por decir una cosa a Santiago (al que cuando veamos no vamos a reconocer del tiempo que hace que no le vemos la cara) y a Editoria Océano: dos no se pelean si uno no quiere, por nuestra parte estamos poniendo la mejor de las disposiciones, esperamos lo mismo.
Muchas gracias de nuevo a tod@s.
jueves, 16 de abril de 2009
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Para declarar la guerra sólo hace falta uno.
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