domingo, 19 de abril de 2009

Concentración de los compañeros de Tenerife


El jueves 16 de abril la FL de sindicatos de la CNT de Tenerife, realizamos una concentración, a las puertas de la sede de la Editorial Océano, en solidaridad por las cinco compañeras despedidas por la empresa Santiago Barceló, franquicia de la mencionada editorial en la ciudad santacrucera a petición de la CNT de Sevilla.

La concentración tuvo su comienzo pasadas las 12:30 horas del mediodía y con una asistencia de seis compañer@s, asistencia buena si tenemos en cuenta que dicha convocatoria tuvo lugar en jueves, día que nos crea algunas dificultades por ser laborable.

Habíamos quedado en el local del Sindicato para preparar un comunicado que resultó ser íntegramente el redactado por l@s compañer@s de la CNT de Sevilla, con los naturales cambios que exigen su reparto aquí en Tenerife.

Con los comunicados, una decena de banderas y dos pancartas, a la hora mencionada nos presentamos en la sede de la empresa donde permanecimos hasta pasadas las 14:30 horas. Se repartieron todos los comunicados editados, en mano, en los parabrisas de los coches aparcados por la zona, en los buzones del edificio en que está ubicada la empresa y en sus oficinas. Como era mayor el número de banderas que de manifestantes, aprovechamos los pivotes que los ayuntamientos colocan en las calles para que los vehículos no puedan subirse a las aceras colocando las banderas que nos sobraban en cada uno de los pivotes, una de las pancartas en la fachada de enfrente del edificio objeto de nuestra presencia mientras algunos compañer@s sujetábamos otra pancarta posicionados a la entrada del mencionado edificio.

Algunos titulares de otras empresas que tienen sus oficinas en el mismo edificio, se quejaron de que en nuestras pancartas no figuraba el nombre de la editorial, pues al tratarse de unas pancartas tipo y con las prisas, no habíamos incluido el dichoso nombre. Así entre acontecimientos varios, nos pusimos a recoger banderas y pancartas para marcharnos y al recoger una de las pancartas apareció el nombre que tanto nos habían pedido los que, de ninguna manera querían que se les confundiera con los represores de la Editorial Océano.

Nos pusimos en marcha, pero como siempre hay alguien que no se queda satisfecho, fuimos perseguid@s por un individuo, móvil-cámara en mano que nos acusaba de pintar en la fachada del edificio, amenazándonos de denunciarnos e intentando hacernos fotos, pero como era la hora de comer y aunque se puso un poquitín pesado, no le hicimos caso y nos marchamos.


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